viernes, 30 de marzo de 2007

Ambiguo deseo


Te decía que a veces me sentía como flotando, entre renglones torcidos y sueños incipientes...
Cayendo desde la palabra al silencio, desde el silencio a la palabra. Distante a tu tímida apatía, a
tu mirada de perfil, a tu sonrisa expectante, insegura...
Te hablaba sin resignarme, en medio de una escena de imposibles, voluble y utópica de la
cadena de destinos cruzados...
Y tú, declinabas por la tarde, parecías cansado, opinabas que era más fácil vivir así, sin suerte, y
sin darnos nada a cambio. Que era más fácil borrar la memoria que asumirla de golpe, y yo
escuchaba tus tópicos sobre el amor y la música, descuidando mi atención poco a poco...
´
Iba así, desviviendo cada instante con la pantalla de fondo de la decadencia, la ciudad estéril y los
largos paseos con las manos heladas... Desviviendo imágenes, rescoldos de la antigua creencia,a
galope entre la acritud y la tristeza, con esa forma tuya y mía de decir las cosas...
Para después, leerme y saber que no me refiero a ninguna cosa nuestra, que la historia no tiene
más verdad que una parte, y el resto es ningunear la fantasía... Que lo de ahora, de estar
viéndote frente a frente, puede ser parte del mito, o producto de tu deseo...
Para después, flotar otra vez en este ambiguo estado, sopesando si no será mejor que no vuelva
a verte, o tú vuelvas a verme, o si, por el contrario, serás tú el que me despierte de la lejanía...
En cualquier caso, nunca se sabe cómo despedirse, es una situación semejante a tantas otras,
incómoda la mires como la mires, encauzar ese sigilo de los gestos, del mordaz adiós entre
Nosotros...
Siempre ocurre lo mismo.

lunes, 26 de marzo de 2007

El que pierde gana...

"En el viento asediado de vacío
vivo como una rama,
y en medio de enemigos sonrientes
mis manos tejen la leyenda,
crean el mundo espléndido,
esta vela tendida."

J. Cortázar


Intento ensamblar palabras prosaicas, a veces, pero pienso en verso, y cuando escribo cartas saco mi abecé de poesía y mis tópicos de siempre...



De niña, le temía como una vara verde a las redacciones, y las convertía en historias poéticas, o en teatrillos cómicos... Más de una vez he querido que me tragara la tierra cuando los han leído en clase y quedaba como la "sensiblera" de turno...




Pero, precisamente el otro día, al pasar cerca de mi colegio, que hacía siglos que no iba por allí, me entraron ganas de volver a escribir unos cuantos renglones seguidos, aunque sea un desastre.



Todo esto venía porque quería abordar un tema, que subyace en no querer escribir en prosa.
El miedo, el terror burlón, que aparece y desaparece como lo siniestro, sin referencia ni argumentos... Como las palabras, engarzadas en una frase que unos labios pronunciaron y se grabaron sin que tú lo supieras, y después vuelven susurrándote con el mismo tono nítido... Son esas partes de tu memoria que intentas esquivar y detener a toda costa, que no son cronológicas, ni sabes a qué tiempo o historia pertenecen... Forman parte de la leyenda, son gestos fríos, colores a los que tienes fobia, imágenes y rostros que se tornaron fantasmas o máscaras...



Esa angustia a veces te deja perpleja, sin recursos, sólo en el sueño se verbaliza con un lenguaje, un saco de sueños que llevas siempre como rémora, y que ahora, por fin, quieres purgar, aunque sea simplemente para ofrecer a los demás un amor descontaminado...


Ya no me escondo en lo veraz de mis palabras, como decía algún día, ahora soy consciente de ese pánico, de que la percepción de mis recuerdos es distinta a la de antes, pero algo no quiero que cambie. Antes escuchaba cantar los pájaros y ahora o ya no cantan o yo no los escucho, antes no reprimía el llanto contra la almohada, por simple capricho o desconcierto infantil, y ahora, aprieto los dientes para no hacerlo...




Las sonrisas de un día de primavera, la nueva dimensión del destino parcialmente soñado, o la conciencia de ser lo que siempre he sido, cubren muchas lagunas vacías que gobierna todavía el miedo... Pero, sobre todo creo que todavía repiquetean esas leccioncillas que poco hacen pensar: el miedo es irracional... Pues no creo que sea así, más bien creo que es un mal hábito y un acto consciente para cerrar los ojos y seguir adelante, porque esos instantes de ansiedad son cortos, aunque incómodos, y buscar su origen es hurgar en el dolor...




Pero compensa, por lo menos para mí, compartir esos silencios incómodos con alguien que conoce tu temor: tu corazón. Con él puedes compartir lo que sea, desesperación y euforia, sin hacer el ridículo ni ser enjuiciado. Con él, y con lo que él contiene, tesoros que sólo la mirada de un niño puede ver, tu mirada. Tu coraje y tu yo de afuera, que sacabas en la infancia, son tus armas para enfrentarlo. No tienes que ganar, solo aceptar que está ahí, y que no ha de interferir tanto en tus decisiones. Porque como un maestro en la vida me enseñó, el miedo, a la maldad, a la soledad, a la muerte... son signos inequívocos de la nobleza y humildad del corazón.






viernes, 23 de marzo de 2007

"Naufragios", Cortázar (Último Round)



"Dibujo de tu voz en la orilla del sueño,
arrecifes de almohada con ese olor a costa próxima

cuando los animales echados en la cala, las criaturas de sentina

huelen la hierba y por los puentes trepa un temblor de piel y de gozosa furia.



Entonces me sucede no conocerte, abrir el ojo de esa lámpara

que rechazas cubriéndote la cara con el pelo,

te miro y ya no sé

si una vez más asomas de la noche

con el dibujo exacto de esa otra noche de tu piel,

con el vientre alentando suavemente,

abandonada apenas en nuestra playa tibia

por un liviano golpe de resaca.




Te reconozco, subo por el perfume de tu pelo

hasta esa voz que nuevamente solicita, contemplamos

al mismo tiempo la doble isla en la que somos

naúfragos y paisaje, pie y arena




En la luz eres sombra y yo soy luz, soy la luz de tu sombra

y tú echada en las algas finges la sombra de mi cuerpo,

repetimos nocturnos la aventura del sol

cuando su angosta frente hiere los pedernales y proyecta

como un fragor de hueco al otro lado, un territorio

que inútilmente embiste y ambiciona.



¡Oh, sombra de mi luz, cómo alcanzarte,

cómo envainar este relámpago en tu noche!




Entonces hay un sigiloso instante

en que los ojos buscan en los ojos un vuelo de gaviotas,

algo que es órbita y señuelo, una consagración y un laberinto de murciélagos,

lo que en la oscuridad surgía como un plañer tanteando,

una piel que se enfriaba y descendía, un ritmo roto,

se vuelve convivencia, santo y seña,

arranque del viento que se estrella contra la vela blanca,

el grito del vigía nos exalta,

corremos juntos hasta que la cresta

de la ola cenital nos arrebata

en una interminable ceremonia de espumas,

y comienzan los naufragios, la lenta natación hacia las playas,

el sueño boca abajo entre medusas muertas y cristales de sal donde arde el mundo"








Hablemos del "mago" Cortázar..






"Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. "




Julio Cortázar nació el ocho de agosto, 1914, en Bruselas, Bélgica. Sus padres eran argentinos en Bélgica en viaje de negocios cuando Alemania lo invadió. La ocupación los previno de regresar a Argentina hasta que Cortázar tenía cuatro años. Dominaba el francés, y por eso tenía un acento por toda su vida.
Crecía en Bánfield, un barrio residencial de Buenos Aires. Era un niño enfermizo. Cuando tenía 23 años, se mudó a Bolívar, un pueblo pequeño, para ser maestro. Publicó su primer libro de poesía en 1938, usando el seudónimo Julio Denís. En 1944 la Universidad de Cuyo lo ofreció el puesto de profesor de literatura francés e inglés. Cortázar enseñó allí hasta que su participación en el movimiento contra el gobierno de Perón lo forzó a dimitir de su puesto. Desde 1948 hasta 1952 tradujo libros para el gobierno.




Cuando tenía 37 años, se mudó a París y vivía allí por el resto de su vida. Se hizo traductor para UNESCO, un trabajo que continuaba por muchos años. Cortázar era comunista y pensaba que el socialismo era la solución a los problemas de Latinoamérica. Por eso apoyaba las revoluciones socialistas y comunistas en Cuba, Chile, y Nicaragua. En 1981 se hizo ciudadano de Francia, pero retenía su ciudadanía argentina. Cortázar murió de leucemia y enfermedades cardíacas en un hospital francés el 12 de febrero, 1984.


Entre las obras de Cortázar merece la pena destacar: Los reyes, 1949, poema en prosa sobre el mito del minotauro, donde el minotauro representa al poeta. Durante los primeros años escribió cuentos a la manera de Borges, eje de la vida literaria de Buenos Aires y abrió las puertas a la ficción fantástica dejando de lado el realismo romántico. Aparecieron los relatos cortos titulados Bestiario en 1951, donde también dejará sentir la influencia de su maestro Poe, destacando los modismos que utilizan sus personajes y donde el habla de la clase media fluye; por otra parte, lo fantástico irrumpe con fuerza en lo cotidiano como en: Historias de Cronopios y de Famas, 1962; Las armas secretas, 1964; Octaedro, 1974. La definitiva consagración del autor fue con su novela Rayuela, 1963, novela de múltiples lecturas; en ella experimentó con el lenguaje y donde la instancia poética predomina sobre el lenguaje enunciativo; es un libro muy criticado y polémico, sin embargo ha sido traducido a todas las lenguas.
En la misma novela Cortázar hizo una reflexión sobre la obra El libro de Manuel, 1973, sobre la acción revolucionaria y los conflictos que plantea a nivel intelectual. 62: Modelo para armar, 1968, es una novela sentimental donde el lector juega un papel importante ya que debe valerse de la imaginación para entrar de lleno en el libro. La técnica del collage la empleó en La vuelta al día en ochenta mundos, 1967 y Último round vol. I y vol. II, 1969,donde rompió con los moldes establecidos; son textos de difícil clasificación por estar mezclados diversos géneros: los recortes periodísticos, la prosa, la poesía, el humor, la ternura y la ironía, entre otros. Escribió un cuento autobiográfico que tituló Un tal Lucas, 1979, y de temática fantástica, Queremos tanto a Glenda, 1981. En 1988, tras el fallecimiento del autor, se publicó El examen, obra considerada predecesora de Rayuela.









martes, 20 de marzo de 2007

Despedida



Acuñaba su destino


-con su halo de áurea timidez-


cuando la historia viraba


al son de aquella templanza invicta...



Siempre tornaba su mirada,


dejaba nublarse


a la viólacea luz de la alborada presentida


Pero cuando la irrupción del estampido


tembló en su alma impávida


el agua de sus pupilas reflejó las hostiles estrellas...



Desveló el idioma de la suerte


el amor rompió en cadena, tronchó su cuerpo endeble


y manchó su alma con la espuma del mar sangrante de recuerdos...



Se durmió- titilantes las someras palabras-


que confesó a la hiel del horizonte sin promesas


Preguntándose en el filo de aquella ardiente noche


por su memoria de versos al imposible



En su verdad- ahora- injerta guiones aprendidos


en tiempos de silencio


y se aleja, tarareando su tierna despedida


alienada, desconocida


a la tristeza,


...jura nunca más, mientras sueña que burla a la esperanza..






Aún espero respuesta..











ZAGÜÁN

"De niño aprendes que

los cuentos no son ciertos,

que bellos son los sueños,

y que los sueños, sueños son.

Tan ciego es el dolor

e inquieto es el destino

que calma ahora mi voz

la espina que me atormenta

Comienzo a caminar.

Es dura la verdad

del mundo de la gente

que no mira atrás

Aún espero respuesta

Un gesto de voluntad

Debe seguir despierta

la llama de mi corazón

El tiempo pasa y vas

haciéndote el camino

Atrás queda el recuerdo

Atrás queda el olvido

Es duro caminar

Es duro para el niño

del mundo de la gente

que no mira atrás

Aún espero respuesta

Un gesto de voluntad...

Mientras lucho entre rejas

Yo presto toda mi ilusión

Sigue estando la puerta...

abierta..."

domingo, 11 de marzo de 2007

Reencuentro





"Aquí el viento dice ha sido, ha sido

Y el mar dice ha de ser, ha de ser

Y el sol dice puede ser, será

¿Y la lluvia?

- Nuestra lluvia sabe todas las canciones.

- ¿Y todas las lágrimas?

- Todas, todas, todas"

Ancho mar de los sargazos (Jean Rhys)




Transcurro en declive por la ciudad


- descalza - de fulgores paulatinos cedidos a la ventura


Esta noche en que vaho tiene el alma


y marañas de sueños van trezándose


a mi paso, con el viento...




Un sopor que ablanda mi sentido,


maternal- la caricia de luz desnuda


se funde en mis párpados...


Labios que avecinan surtidores de palabras,


rostros tensos entre flashes de emociones equívocas...


Axiomas de ternura, en esquivos ojos


que ondulan entre la timidez y el odio...


Roces -de extraños- vehementes


que juegan a entrelazar su destino




Y- velada- la virginal angustia

oculta en el olvido

Aprendida la maquinal tristeza

que cabe en el mismo puño

solo basta con mantener la mirada perdida...

para, detrás, hallarte a ti, frente al sigilo del mar,

y la mansedad de ese páramo azul desleído en tus pupilas...



















jueves, 8 de marzo de 2007

El libro de la almohada


PODRÍA ESTAR MÁS SOLA (Emily Dickinson)


Podría estar más sola sin mi soledad,

tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,

podría interrumpir la oscuridad

y llenar el pequeño cuarto,

demasiado exiguo en su medida

para contener el sacramento de él

No estoy habituada a la esperanza,

podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento, sería
más fácil fallecer con la tierra a la vista,

que conquistar mi azul península,

perecer de deleite.
El libro de la almohada
The Pillow Book (cuyo título hace referencia a la costumbre japonesa de guardar en las almohadas, que eran de cerámica o de madera huecas, los diarios íntimos) es una película -casi poema- de carácter iniciático dirigida por Peter Greenaway en la que Nagiko -narradora y protagonista- va contando su proceso de aprendizaje. Proceso que se simboliza en el paso de ser soporte de escritura a convertirse ella misma en "pincel"; y que tiene, como etapas intermedias, el conocimiento del amor, de la muerte y de la venganza.
En cuanto a la forma, sigue presente la constante necesidad de Greenaway de romper con el lenguaje cinematográfico tradicional. En este caso, la ruptura se realiza por medio de la yuxtaposición simultánea de imágenes –recurso de clara filiación nipona, perceptible no sólo en su lengua, sino también en su literatura (téngase en cuenta que la composición poética nipona más popular es el
haiku, uno de cuyos principios es la contraposición de impresiones)-. Esta técnica tiene como función completar o adelantar lo que ocurre/se dice o va a suceder.
Hacia la mitad de la película, se hace una cita del
Makura no Soshi que, en cierto modo, la resume:
Dos cosas no nos han de faltar: las delicias de la carne y las delicias de la literatura.

lunes, 5 de marzo de 2007

Atlántico..




"No hay viento más salado que el del Atlántico. Inflaba la vela, golpeaba el foque y las sienes,


hacía entrecerrar los ojos y dejaba en los labios un acre sabor de yodo. Él había ido a buscarla a


la estación y habían embarcado en su velero tipo cáscara de nuez, ancho, cómodo y sonoro bajo


las ráfagas de viento, como un violoncelo de caoba bañado por el sol declinante de la tarde. Las


olas nacaradas bajo los rayos anaranjados, la espuma que rociaba de polvo plateado y los reflejos


metálicos del cielo daban al agua un aspecto sólido.


Excesivo y lleno de rechazos, fogoso y austero como su océano. Ella había aprendido a aceptarlo


sin palabras, solo mediante una tímida y encantada tensión de los ojos y los pómulos. El viento


seguía desorientándola y puso pie en el pontón con esa expresión extraviada de los navegantes


que los de tierra adentro toman por esnobismo cuando no es más que el aturdimiento natural de


un pájaro de las viñas perdido entre las gaviotas, embriagado de oxígeno y de luz.


Las margaritas que crecían entre la hierba y los geranios en sus ánforas estallaban sobre ese


fondo gris y azul pálido, mientras un cielo inmenso, de tonos escarlata, cortaba la insipidez de la


tierra y el mar. Había empezado la puesta de sol y pronto sus brasas iban a hacer invisibles a los


hombres, las casas y las plantas. No había nada, se estaba solo en una película que flotaba en el


cielo naranja, granate, añil. Esta isla no era más que un pretexto para vivir en el cielo."



Julia Kristeva, "los samurais"