miércoles, 13 de enero de 2010

Mar de lágrimas

Llueven silencios exhalados,

Contristes

En la ventana rompen su hora,

Vacuamente…


La desidia se me instala en las manos

En los bolsillos

Se ha aplastado en mi cara como una huella

Como un cuchillo



Llueve en la luna honda,

En los espejos, en la caricia de una ola,

Que me ahoga


Inhibo el instante, se me queda en el costado,

El tacto incesante

de las palabras que gastaron su destino




Y es verdad… no entiendo mucho,

Pero las cosas son lo que parecen,

Y sólo sé lo que escribo,

Entre medias, sólo vaga el olvido olvidado










Llueve en la mirada,

Un mar de lágrimas que desbordé

en sol y sombra

un mar que me despoja de tu lado

me balancea en las sonrisas del pasado

Sin forma

Sin hálito, sin fe,

Sin sentido




¿Qué diremos a los sueños.

Qué a los ritmos fugitivos del verso,

A los ínfimos momentos de exceso,

De ilusoria vida?

Tan sólo, dulcemente,

Puedo encontrarte en cada hueco

De mi cuerpo, en cada segundo que pasa y expira

Pensando que no me miras, y que aún así puedas verme

Como si mansamente danzara el tiempo,

Como si fueran ciertos los sueños falsamente

Y apuñalaran su suerte

Entre tu mundo y el mío, solamente.