viernes, 21 de noviembre de 2014

¿Y qué más podría decir? Si ya estaba dicho todo entre ellos. Si doblaba las palabras como cajas de cartón, y las encerraba en su mente. Si lo escuchaba horas, en su voz interior, y le guardaba tan hondos sentimientos. Todo eso debía estallar, solo que como un silencio de voces rasgadas, despeñándose. Entonces fue cuando él la vio, ya no como antes, sino como una nueva y tierna costumbre. Y por primera vez, pronunció su nombre, bautizando aquel sonido maravilloso en su voz.