miércoles, 26 de marzo de 2008

Se llora

Se llora cuando se sabe que las lágrimas no tienen sentido.

Cuando no vale la pena llorar.

Entonces, se está de verdad confundido, de verdad solo.

Cuando se cierran las palabras en sí mismas,

Cuando se nos ha perdonado sin querernos.

Cuando no se puede pensar, entonces, se recitan los silencios.

Esto ocurre pocas veces tal vez, y cuando no se espera.

En medio de una noche soleada, de un día anochecido.

Cuando el corazón florece hojas muertas.

Una mirada basta para predecirlo, una sonrisa al espejo basta para sentirlo.

Se despertó en un sueño, y estaba en otro sueño soñando.

Decidió no despertar, y creía haberlo hecho ya.

Angustiada se lo contó a las estrellas.

La escuchaban llorar y trataban de impedirlo, pero era inútil.

Ella no quería compasión, ni siquiera quería ser oída.

Llorar era una decisión, era romperse los ojos con agua,

Como llover hacia fuera y por dentro estar ahogada.

Cuando todo está superado se estampan las gotas contra el alma,

se revienta la serenidad, se vomita dulzura, se revuelca en la miseria.

Tu crudeza se refleja en tus ojos, en el rímel descorrido,

en el rostro hinchado,

en los recuerdos hincados en la frente.

Te miro: y estás tan lejana que no podría ni rozarte.

Yo también he apretado los dientes de rabia a veces,

y no he conseguido derramar agua, sólo rajarme los labios de odio.

Pero hoy todo el pasado se revuelve en mis entrañas,

y no aguanto nuestras sonrisas fingidas. Voy a llorar por ti y por mí.

Mañana será otro día.

5 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

La dignidad de una lágrima, el grito de una letra.
Y sí, aguardemos un nuevo amanecer.
La estrella limpiará nuestros rostros.

Siempre tan sentidos tus versos.
Dejan sin aliento.
Gracias.

Abrazos fuertes.

José Antonio Tovar dijo...

Quizas podria ese llanto desaparecer para encontrar calma en verdad en unos ojos tiernos...

Me gustó mucho tu blog...amenazo con regresar. Un beso.

catetochil dijo...

Cuando el océano interior está rabiosamente vivo, el intenso oleaje de los sentimientos, acaba a veces desbordándolo.

Y es entonces cuando, cual perlas sagradas, las lagrimas aparecen en las mejillas mostrando la grandiosidad en que se convierte cada pequeñez.

Mantente grandiosamente viva...

Inlight dijo...

Creo que también tú eres un poco hada, desconocida... Nunca deja de sorprenderme la proximidad que podemos sentir con completos desconocidos a través de nuestros latidos transcritos. Te leo y me leo a mí misma. Te convierto en esa nana silenciosa que abraza inesperadamente secuestrándonos por un instante de esa soledad que convertimos en nuestra savia...Quiero regalarte mi cuento, el cuento de alguien que contra todo pronóstico se permite seguir soñando sueños imposibles. Mi casa del lago para ti, desconocida. Espero que encuentres.

"Había una vez una casa en un lago. Era una casa especial, una casa de cristal con esqueleto metálico y en cuyo corazón crecía un enorme árbol de frondosa copa. La casa estaba situada en el centro del lago y un estrecho puente de colores la unía a tierra firme. De día el sol se paseaba por cada una de sus estancias, atravesando la estructura de punta a punta. De noche eran las estrellas las que iluminaban la casa cubriéndola con su manto mientras la luna , tan curiosa como siempre, parecía descender hasta rozar su tejado para admirar algo celosa, toda aquella belleza.
La casa había estado vacía mucho tiempo, tal vez toda la vida pero un buen día eso cambiaría para siempre...Y sabes qué sucedió desde ese día?
Desde ese dia en la casa del lago hay una luz en una esquina que ilumina cuerpos serenos que no tienen prisa ni conocen más viajes. Hay una luz pequeña que se ve en tus ojos con los que me miras a los ojos con los que yo te miro.
En la casa del lago hay una mujer de ojos claros que espera callada labios que no conoce, sonrisas que nunca vio y caricias que alguna vez soñó. En la casa del lago hay una mujer soñada.
Allí está el alma tomada por el alma en silencio. En la casa del lago están las almas que hacen el amor de día y hablan de noche, las almas que hacen el amor con adjetivos y se aman despacio contando las costillas y descansando las bocas en las caderas...
En la casa del lago, levantada tras el puente de colores sobre las orillas pisadas, están quienes se abrazan: sueñan con deseos y se desean soñolientos. Son los príncipes del lago, los dueños de los planetas y los señores de la noche. "

teatro, danza, música... dijo...

Llover hacia dentro o hacia fuera...pero llover.

Sabes que creo...que fabricamos tantos sueños, que a veces se atascan en la cola de aquel columpio que ambas tenemos en el cajón de las cosas tiernas.
Y es entonces cuando esos sueños se nublan un poquito...y quieren ir al mar...y llovemos... y soñamos una vez más que saldrá el sol.

Un besito y un rayito de sol.

Marina