Y se hizo un estruendo de silencio.
Y la nieve caía a borbotones,
Y las lágrimas descorrían el azul del cielo
Y apareciste tú- con tu aura de asombro-
entre los coches, y tu ausencia pobló mi mirada.
Ríe falaz la tristeza.
En el puente, recuerdo nuestro beso de amor.
Ese con el cual se desdicen verdades implícitas:
Palabras invisibles como sueños de palomas
Invaden los espejos el rostro,
La luz mortecina bebe mis parpados,
Mata mis ojos:
Estoy tan llena de ti.
Ahora, danzan las quimeras,
Tu paso apresura mi nostalgia,
Caminas a siglos de mí
Paisajes trémulos,
Vibrantes de emoción imposible
Por la caricia seca del tiempo.
Y el anhelo corre por nuestros cuerpos,
Y cose en vivo nuestro dolor.
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