sábado, 7 de julio de 2007

Inocencia




"No puedo negar que me hizo daño,



que mi corazón huye de ti..."




Un día decidiste que ya era suficiente.. y te oí descalzarte en el pasillo y el cotidiano ruido al coger las llaves de la mesa bruscamente. Yo tenía aún demasiado sueño y el sopor se confabuló contra mi lucidez. Era todavía una niña, pero dejaste en bancarrota al corazón y tuve que empezar a trabajar.. Hice de vendedora de ilusiones, de bailarina de la decadencia, de contertulia de la soledad.. La primeras charlas fueron tan superfluas que crei que era mejor la retracción sin que se dieran cuenta.. Y el caso es que subsistí en la pobreza de los versos con la boca llagada de verdades extremas.. Duras certezas y agudos miedos que sellaron mis labios agrietados. Se fueron destiñiendo las promesas que escribiste con tinta china multicolor. Recuerdo que tenía un globo granate de aire caliente en modo miniatura que hinchamos en la terraza.. Miles de píxeles brillantes se encendieron en mis ojos cuando conseguimos hacerlo volar.. Te vi alinearte con la mortalidad de una rosa, y empezar a escurrirse la arena de tu reloj.. Me parecías realmente hermosa, como la ingenuidad que siempre pedí a su desvelada sonrisa..


Yo te dije que no existía una y mil veces, y di de beber a tu silencio el agua salada en el que flotaban mis palabras necrosadas. No sabía quién cultivaba flores silvestres en mi sueño vencido, en mis espejismos.. La quemazón de tu reflejo me constreñía sin cesar.. Detrás de cada sinrazón se deshojaba una mirada, que quería atravesarte.. que quería dar su transparencia a mi imaginación..

¿Qué lenguaje te ensamblaba a partituras celestes, entre compás y compás..? Me escudaba en tu voz enmudecida para no darme oportunidad.. Sólo me dieron tregua los ecos débiles de mis gritos estrellados contra ti.. La montaña serena que fue tu metáfora, el mar en el que te di forma de ola vagabunda... de cresta espumosa que presume su blanco níveo con virulencia

Lo extraño de ti es que me encontraste tú a mí.. Y que sólo un rayo bastó para dar humildad a mi alma sin dibujar aún.. Que viniste fingiéndote rumor de hojas, con temor de ángel llamando tímida a mi puerta.. Una noche en que cegué al amor y di por negada tu evidencia. Dieron un largo paseo a oscuras mis tristezas, y las trajiste después vestidas de esperanza. ¿Quién era yo para rechazarte si volviste con tu aire de pureza? Sólo pude abrazarte levemente.. con el halo de pasión que desprendiste mis palabras se dieron por despiertas.. Y a tus pies puse todas mis dudas para que las llevaras en tus alas..

Lo extraño de ti es que yo ya te tenía pensada y atesoraba ya su ideal perfecto. Soleaste su rostro y callé por siempre su misterio.. le diste vida a los tiempos muertos de su corazón enfundado con el mío..


"Feliz la mariposilla, presumidilla y coqueta,
parecía una flor de almendro
mecida por brisa fresca…
y llegó un coleccionista, mañana de primavera,
y sobre un jazmín en flor,
aprisionó a nuestra reina
la clavó con alfileres, entre cartulinas negras,
y la llevó a su museo de breves bellezas muertas..."

Lole y Manuel (Érase una vez..)











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