domingo, 6 de enero de 2008

El Valle del Silencio

Cuentan de un surco abierto en las montañas, llamado Valle del Silencio,

que muy pocos hombres se han atrevido a cruzar,

porque allí


paredes de nieve , castillos de hielo en medio de la nada, devoran las palabras,

y el miedo amordaza las voces y se traga sus ecos entre esa paz...


En ese lugar sagrado uno puede escucharse en sí mismo, como unas cuerdas desafinadas de guitarra van tejiendo una dulce canción, puede el que hable oírse por dentro, hilvanando su música sin dejar escapar un sonido...


Dice la leyenda de una pareja que cruzó el valle, apurando el sol de mediodía.. pero uno independiente del otro, desde orientaciones contrarias, con la intención de vislumbrar la cumbre desde allí.. Dos almas que andaban solitarias, buscando ver el último rayo que ardiera en la cúspide del Everest.. Y ese último rayo, alcanzar..

Ambos atormentados, por pesadumbres diarias, por banales reyertas, por amagos artificiosos que no conducen a nada sólido en la vida..

Proscritos, exiliados, fugados de la ciudad donde antaño se conocieron, y se evitaban, diciendo, mañana seremos la yesca que arda en otra latitud.. Miradas que se ahuyentaban, sonrisas heridas que se cruzaron, con animadversión... Su lazo en común no era más que la ternura que brota de la incomprensión.

Tras esa eterna desilusión, se embarcaron en esa aventura incierta, y a la vez tomaron el camino desde diferentes puntos, con la misma inconciencia, ya que ellos no conocían bien la magnitud de su reto. Pero tuvieron coraje, y, llegado el momento, expusieron su alma al destino de una muerte más que probable...


Una vez en el valle, cada uno fue escribiendo su memoria de viaje, y en ella, los recuerdos que iban hilando y esculpiendo en las blancas paredes de sus mentes descoloridas por tanta luz..

Aprendieron a enfrentarse a la soledad, a la íntima soledad, tan estrecha a uno, hasta acabar por fundirse esa sombra a nuestra piel... Aprendieron a no excusarse con mentiras que aparentan más de lo que son.. Musitaban versos y comparaban su menudez a la escarpada forma que se alzaba al final del valle...

- Quizá porque auguraste una nueva en mí,

cuando yo solamente era- aún- una estrella muda
extinguiéndome en el zagüán de la indiferencia...

- Decía ella -


- Quizá porque me espetaste un cruel no,

cuando yo sólo enfoqué tu frágil luz

hacia mi oscura existencia,

para abrigarme, esconderme en ti..

- Decía él -



Dieron los pasos equivocados, y anduvieron sumidos en las dudas que empañaban los cristales con los que veían las cosas, y soltando suspiros que se convertían en vaho, suspiros al infinito... Encogidos de frío, con momentos de clara debilidad...



-Mi silencio no ha evolucionado.

el cielo en tu noche no tiene sentido,

es por eso que no tengo fuerza para seguir aquí:

Quiero que sepas

que pensé que haría esto sólo porque me lo prometí:

Pero ahora que descubro que lo hice Por ti,
y no volverás, ya no me importa

En mis ojos alegres laten lágrimas cobardes..



- Y sé que mañana

lloverá tu recuerdo en cada uno de los sueños

y beberé equivocada, la ternura en un falso beso

como presa fácil del olvido que fui..



Así, agotados, se quedaron dormidos, se les hizo tarde y se rindieron en las faldas ya de la cima.

Uno en frente del otro, separados por la inmensidad, el absurdo, la no verdad, del vacío..




Al amanecer, y verse, pensaron que estaban dentro de un sueño, despiertos soñando, porque

todas la nubes estaban por debajo de ellos, a la altura a la que quedan los destinos imposibles de

alcanzar.. Estaban a ras del horizonte, en medio del cielo, montados en un alambre, equilibristas
frágiles al borde del abismo, sumidero de todas las palabras...


Juntos, esbozaron una última estrofa, sin saber cómo habían llegado hasta allí...


Creo que,

en tu porvenir te proveerán las tinieblas de alegrías,

tan extrañas como te darán amor,
sabiduría:
te las darán

más esas hondas y densas sombras,

que esa luz que crees ver y no es.


Pero eso será cuando no te pesen los párpados,

y seas capaz de despertar en tu sueño,

y sentir esa ternura de ti que va en mí...
Y compartirla conmigo, porque tu fragilidad es tu arma más fuerte.


LISTEN TO THE WARM

1 comentario:

teatro, danza, música... dijo...

En la cima de mis sueños está la calma eterna...así que no quiero llegar aun, quiero seguir escalando hasta que no me pesen los párpados...

Te tomo la palabra y prometo que soñaremos juntas, tal vez frente a un te, en algun lugar perdido del Albaicin..o quizá bajo una palmera en la playa de casa...lo haremos y convergerán los sueños y des-sueños...y estaremos un pasito más cerca de la cima.

Un beso.Marina