Soledad me evita a mí..

La soledad es más tímida a veces, su forma de invitarnos es más sutil que de costumbre.. Dispara nuestra desconfianza. Viejos fantasmas del pasado abaten nuestra querencia de dar todo por nada.. Algo rocía nuestra ciega mirada de fe, de incongruencia, desencanto. Descreer, o simplemente, entender algo requiere paciencia, pero el tiempo a veces revisa nuestra alma y no acepta dobles sentidos. La verdad que alcanza la mirada altiva, consciente y humilde, es distinta a la que ansía el deseo, el hedonismo.. Esa mirada que se eleva al cielo raso no es amoral como la de antaño, ni preocupada, ni siquiera tiene miedo a ser leída. El corazón late razones que no tolera el cuerpo. Vaga por la eterna linde del amor, del ambiguo amor sin tregua, consumado y rebelde.. No escapa la memoria de ese amor, que no mide la balanza de las pasiones. Una ética encarnada en lo más hondo, no deja actuar al desatino. Errar es mendigar cariño en las tormentas... y ahora el sol luce por completo y nada dispersa los sentidos... Pero no puedo negar que a veces se deposita la sombra en este cuarto, huidiza, recuerda rabia proscrita. Que a veces lloré por todas las montañas que vi, es cierto. ¿Por qué si no la historia se repite en los sueños de sueños, por qué si no el dolor se agolpa cuando menos lo escuchas? La red del dolor nos envuelve cuando nadamos con más ímpetu.. Cuando acabamos de rodar por la oscuridad algo bromea con nuestro ánimo.. Oleadas de angustias infundadas. Secano en el pensamiento. Esperar que la próxima marea no frustre nuestra sed de palabras, que discrepe con nuestra ignorancia. Y esperar, boca abajo, como niños jugando con la espuma, que la lengua del mar los arrastre...Así, si se tercia, advendrá una luz no hostil que deletree mis silencios, que tu espíritu haga caudal de un río inexorable.. No tildará mi sonrisa de pesimismo, ni de ficticia o de vulgar.. Dará un cariz de ironía a la tristeza... Te alejarán tus pasos de mí menos de lo que te acercan.. Quizás sí, te pierda en un suspiro rápido, lánguido, para avisarte después... Porque aún no me he ido de ti, y ya siento como tú, y tolero como tú las decepciones, porque ya no me sorprende tu armadura de templanza.. Mesura, limpieza, es lo que hace que te mire el cielo. Si dices puntos suspensivos, recogeré caracolas en mi playa detenida. Y si no dices nada, pero me llevas contigo, cultivaré tu imagen en mi mente confusa..

Es tarde y tendría que haberte dicho que me quedaré un poco más separando las semillas de la hojarasca... La soledad me evita a mí, y me quedo inconclusa en su puerta, pidiéndole más horas.. Sólo tú eres la respuesta mágica, y sólo un sí entre líneas desviste el silencio con música de infinito..