viernes, 30 de noviembre de 2007

La cara oculta

En la avenida sólo vuelves tú

y las pisadas fundidas con hojas de noviembre,

un corazón descalzo caminando

por la acera de las miradas pueriles,

de las sonrisas sin descanso...


Año tras año, razón tras suspiro,

vas hilvanando las lentas y sutiles

palabras del poema,

palabras para la vida,

tus tristes encantos,

refractados en las lunas y cristales,

en tu oscuro dormitorio,

en donde reina el orden metafórico:

melancolía...


Y siempre llaman las ramas

a tus ventanas,

para contarte una ausencia,

para empezarte una canción..



Tú siempre vuelves sin llaves a la casa,

y te quedarás abstraída en la puerta

comparando una estación y la anterior...

parece que quisieras saber lo que sospechas,

sentir lo que parece, y sin embargo, no...

No, porque olvidas...

lo que amas sin motivo

y cada noche despertar en un sueño

dentro de otro

es negarte a la verdad


Es decir...

ese instante en que pierdes la consciencia,

y tu yo es un latido descarnado

en las olas, en los enjambres de estrellas...

pues bien, ese instante...

tu luz dobla un pensamiento

ilumina una mirada que ya se hacía pavesas...


a ese instante me refiero,

y el temblor de su silencio

hace explotar una lágrima

como una espuma de cava

lenta y muy fría...

4 comentarios:

sb dijo...

por qué sera que al leer esto siempre pienso en ausencias, nunca en presencias...

Cierro comillas dijo...

me gusta leerte.
besos.

Federico dijo...

llegué sorprendido por el nombre de tu blog

saludos de un moderato

vuelvo por aquí

Clarice Baricco dijo...

Qué lindo suena lo que escribiste: un corazón descalzo caminando.
Aunque llega más allá.
Tiene algo peculiar este poema.
Me gusta. Se siente como todo lo tuyo.

Abrazos.